viernes, diciembre 29, 2006

La cara de la muerte

Hoy fue un día especial, luego de la ducha, el café bien cargado y la mente no me dejaba tranquilo.
I&I estaba tratando de explicarme mi inquietud mañanera, no entendía el porque de mi nerviosismo
pero sin escuchar, ni hacer caso visto a Vicente y rapidito jardín.
Tomo mi armadura, el casco y los guantes, me monto en mi rayo y emprendo el vuelo.
El camino estaba lindo y limpio, pero por la hora decido cambiar la ruta acostumbrada, luego de varios kilómetros de trayecto, otra vez más me encontré con la cara de la muerte.
Luz verde y empiezo a pedalear cuando de repente veo un tremendo turbus justo en frente mío, mis reflejos no me traicionaron y en cosa de milésimas los frenos al máximo la cleta patina, maniobro con gran precisión y quedo de espalda, cuando siento el impacto en la parte trasera, sonó fuerte, pero solo me movió un poco.
Sin pensarlo salen los insultos como balas a matar trato de divisar la patente, pero con los nervios y la rabia se me nublo hasta la vista. Cuando me doy cuenta el bus había partido en fuga llegaron dos persona a socorrerme pero nadie se percato de la patente, me monto en mi rayo para emprender la persecución pero sin efecto, por que la bicicleta quedo trabada al quedar la rueda trasera doblada como churro. La impotencia se estaba apoderando de mi. Un hombre me datéa ve a la otra esquina pasan por ahí, como pude arrastre la cleta, todos los ojos pendientes de mi, espero en el semáforo pero ya no me acordaba ni del color, la adrenalina a cada momento se hacia notar con mas presencia
ya no era rabia lo que sentía sino furia solo quería ver a ese bus y destrozarlo, ya no era yo.
Espere hasta que apareció el mismo hombre que me dateo, y me dijo vamos a verlo mas allá si yo cache al gueon, un guatón culiao, yo le dije que parara pero no pesco.
Caminamos toda la manzana pero sin poder encontrar mi objetivo con ganas de llorar, no hallaba que hacer, no sabia como llegar a mi destino con la cleta toda pa’ la caga. Respire profundo di las gracias al Amor por no tener ni una lesión y como puede entre en el paso nivel.
Arrastre, arrastre y arrastre la cleta, cada transeunte no podía dejar de mirarme con esa cara de duda,
mi mirada baja y los pies solo caminaban, después de caminar como una hora levantado y arrastrando la cleta por fin llego al trabajo, con una hora aproximada de retraso. Entro subo a mi puesto, las miradas de asombro me sorprendieron a mi.
Las preguntas fueron varias como: ¿Que te paso gueon?, ¡chs la care loco de este otro!, ¿Que guea?.
La respuesta fue: me atropello un turbus, me sentí agobiado todos querían saber que había pasado
parecía estrella de rock.
Luego pido el teléfono a mi jefe y toda la historia de nuevo, como siempre haciendo humor estúpido me dice a entonces que bueno verle hoy, tomate un antinflamatorio no más por que después llegan los dolores.
Luego sin saber como, me llama otra jefa y con su cuatica de costumbre me dice: ¡no! tienes que ir a la inspección del trabajo, después a carabineros yo no te puedo aceptar así o si no Daniel (dueño de la imprenta) se va a enoja.
yo al no estar acostumbrado a estas cosas solamente hice caso me subí a la camioneta y el chofer me llevaba a la inspección. Justo en esos momentos viene entrando el Dios Daniel se aproxima a la camioneta y pa’ onde van ustedes y otra vez todo el cuanto de nuevo (ya iban como 15 veces), su cara de molestia le cambio enseguida, abrió esos ojos con fuego y dijo: te paso algo, No y le tomaste la patente, No. Ahora si que cambio su cara, y a que van a ir a gueviar pa allá, ¡no! Van a ir a puro perder tiempo, no manden a arreglar esa guea, donde este gueon conocido mío y me traes la que estaba reparando. Le dijo al chofer, y que me miras así gueon y el chofer responde no nada po’.
Bueno solo obedecí y no tenia plata ni pa dejar un pie.
En ningún momento entendí la reacción de Daniel por que su enojo. Pasaron varias horas como 5 o 6 y me vuelve a llamar la jefa. Que paso Alex con Daniel y le conté lo sucedido. Si me dijo Daniel venia cruzado y yo le tuve que explicar que cuando el accidente es en la imprenta tu tienes que mandar el dinero, cuando es en el camino tu no tienes que pagar nada.
Ahora si que no entendía nada, haber como fue. Mira flaco si hay un accidente en la imprenta, Daniel tiene que pagar como $ 30.000 mas aproximadamente, pero cuando es en el trayecto el no paga nada.
Ahí, ya no quería escuchar mas. Entonces flaco dijo Daniel que fueras no mas a la inspección y después a carabineros, pero que fuera solito no mas, que no te mandara con nadie.
Bueno solo doy gracias por encontrarme bien, que no me paso nada, ya no quiero hacer nada mas que relajarme y seguir tratando de disfrutar, también me di cuenta cuan importante somos los trabajadores de don Daniel para el. O sea le importamos ni una guea, solo le importa su puto dinero.

2 comentarios:

Tio Trapo dijo...

Que teni mala cuea, pero es una de las varias experiencias, buen jefe.

Tio Trapo dijo...

Y pal pico???